Orígenes
e historia
La
quinua es una planta andina que se originó en los alrededores del lago Titicaca
de Perú y Bolivia. La quinua fue cultivada y utilizada por las civilizaciones
prehispánicas y reemplazada por los cereales a la llegada de los españoles, a
pesar de constituir un alimento básico de la población de ese entonces.
La
evidencia histórica disponible señala que su domesticación por los pueblos de
América puede haber ocurrido entre los años 3.000 y 5.000 antes de Cristo.
Existen hallazgos arqueológicos de quinua en tumbas de Tarapacá, Calama y
Arica, en Chile, y en diferentes regiones del Perú. A la llegada de los
españoles, la quinua tenía un desarrollo tecnológico apropiado y una amplia
distribución en el territorio Inca y fuera de él. El primer español que reporta
el cultivo de quinua fue Pedro de Valdivia, quien al observar los cultivos
alrededor de Concepción menciona que, entre otras plantas, los indios siembran
también la quinua para su alimentación.
Garcilaso
de la Vega describe en sus comentarios reales que la planta de quinua es uno de
los segundos granos que se cultivan sobre la faz de la tierra denominada quinua
y que se asemeja algo al mijo o arroz pequeño y hace referencia al primer envío
de semillas hacia Europa, que desafortunadamente llegaron muertas y sin poder
germinar, posiblemente debido a la alta humedad reinante durante la travesía
por mar.
Posteriormente,
Cieza de León (1560) indica que la quinua se cultivaba en las tierras altas de
Pasto y Quito, mencionando que en esas tierras frías se siembra poco maíz y
abundante quinua. También Patiño (1964) menciona que en sus revisiones sobre La
Paz se habla de la quinua como una planta que servía de alimento a los
indígenas (Jiménez de la Espada, 1885, II, 68) y finalmente Humboldt, al
visitar Colombia, indica que la quinua siempre ha acompañado a los habitantes
de Cundinamarca.
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